La oscuridad de la noche invadía el ambiente, la tenue luz del astro blanco atravesaba por la ventanas dirigidas al suelo en la habitación, la brisa se apreciaba a lo lejos como un murmullo tenue y el fresco del otoño hacia presencia en toda la casa. La débil luz de la luna alumbraba la habitación en un color azulado, haciendo notar el humo de los cigarrillos consumidos a lo largo de la velada, ambos apenas se divisaban si no fuera por el fuego en la punta del cigarro que tenían en sus manos.
La conversación apenas entraba en profundidad después de una hora de dialogo banal sobre la vida en general, la platica se torno personal y cercana para ambos. Ya cada uno en un sofá de la estancia apartados mas de un metro de distancia, deseaban acercarse para hacer mas intima la conversación entre los dos. Mientras ella le preguntaba por sus metas y sueños a largo plazo, él quedaba impaciente por preguntarle si estaba soltera.
Las cortinas se hicieron sonar con una ráfaga repentina de viento que entraba por la cocina provocando el movimiento del humo en la habitación como el estremecimiento y escalofríos por el aire helado que recorría sus cuerpos, ambos sorprendidos por el ruido inesperado se vieron mutuamente y soltaron una ligera risa. Ya que era casa de ella, cordialmente le ofreció una taza de café, el cual el con mucha gratitud accedió y se presto para ayudarle a prepararlo.
Los dos en la cocina, un tanto desordenada, como si alguien preparo un montón de comida, a lo cual el no le dio importancia y solo decidió sentarse en una silla de la mesa mientras veía como ella buscaba a oscuras entre los gabinetes de la habitación el recipiente para hervir el agua, ella un poco ansiosa en localizar dicho traste no daba con el, cerrando puertas y cajones provocaba ruidos constantes que el eco de una casa sola devolvía. Para hacer mas ameno el momento el comenzó a platicarle respecto a su vida y a que se dedicaba, ella poco atenta a lo que decía mientras seguía buscando en una cocina que no se sentía como suya empezaba a desesperarse con cada puerta que cerraba y cajón que abría.
Al encontrar dicho recipiente, él ya estaba parado frente a la estufa para encender el fuego, ella lentamente caminaba hacia el con la vasija en mano con intención de acercare lo suficiente para romper la barrera del espacio personal de ambos. El al ver sus intenciones su puso nervioso y su acción inmediata fue preguntar por el baño, a lo cual ella tomando el recipiente con ambas manos frente a su cuerpo y la mirada hacia el suelo, le indico que estaba a la derecha saliendo por la puerta de la cocina. El agradecido por dejarlo pasar a su baño, apresurado fue cerrando la puerta tras de el y abriendo el grifo del lavamanos para mojarse el rostro y relajarse, mientras ella esperaba a que saliera del tocador puso el agua a hervir y se dirigió a buscar algo mas en los gabinetes de la cocina.
En el tocador con la única luz encendida en toda la casa, el estaba algo nervios viéndose en el espejo de encima del lavamanos, trataba de agarrar valor para continuar con la velada y dejar pasar lo que tenia que pasar. Después de unos minutos se decidió a salir y continuar con la noche, pero al regresar a la cocina ella no estaba en el lugar.
Con la luz que salia del fuego en la estufa apenas se alumbraba la habitación, el entrecerrando los ojos para poder ver mejor solo lograba percibir la cocina desordenada y vacía. Al no encontrarla con la vista procedió a llamarla sin mencionar su nombre ya que aun no se lo había preguntado, en respuesta a su llamado escucho una voz venir detrás de el, acto seguido volteando a sus espaldas, ella se encontraba frente a el a solo unos centímetros de distancia, sus cuerpos estaban por tocarse, la barrera personal se había roto. Por un momento sintió una punzada en su abdomen fría y certera, a lo cual se torno cálida y húmeda mientras su vista se desvanecía.